martes, 20 de diciembre de 2011

Entrevista realizada por Eduardo Ayuso Regio

El poeta grancanario (Telde, 1983) publica su nueva obra "Somos materia desechable" en Ediciones Vitruvio el próximo mes de noviembre.  Una obra que según el mismo escritor confiesa " Es un poemario que duele. Nace de noches en el escritorio frente a un espejo puesto en un pequeño atril. Visceral, carnal e hiriente."

¿Son "tiempos malos para la lírica" estos que vivimos?

¿Los hubo buenos? (sonríe) Contrario a lo que se puede pensar todos los tiempos son buenos para el arte. En todo momento hay quien necesita reflexionar o reinterpretar, a veces construir, y otras destruir, la realidad que habita.

Pero se les podría exigir a los artistas algo más de compromiso y menos "espejo", menos "yo" ¿Como digiera esta obligación supuesta del arte hacia "la lucha"?

No sería ni la primera ni será la última crítica que recibamos los que hacemos poesía que se considera "intimista". Evidentemente el artista es un ser que proyecta su ego en su creación, y por tanto, siempre hay "yo" en su obra. La poesía social o comprometida me interesa, y comparto amistad, lectura y proyectos con gente que ha dedicado su trabajo a una ideología o una "revolución" de distinta índole. Reconozco que es un tema que me cuesta desarrollar en mi poesía, pero no creo que la poesía "íntima" no tenga compromiso. En esto como en el razonamiento se puede llegar por del todo al detalle, o de este a la totalidad de distinto modo pero con un mismo objetivo, cambiar algo.  Creo que si uno consigue que cada cual con la lectura reflexione, medite y se reconozca, también en cierta medida aportas la cambio. Un poeta dijo "el arte ha de ser inútil". Yo creo que la utilidad del arte es, no sólo necesaria, sino exigible, pero en una medida distinta a la que habitualmente se entiende.

¿Cuál ha sido la crítica más dura que ha recibido?

Quien hace lo suyo público siempre está abierto necesariamente a la crítica. En si eso no me preocupa. Evidentemente nadie está inmunizado a el cuestionamiento de lo que hace con el mayor de los esfuerzos, ilusión y trabajo, y que además nace de los más íntimo y personal de su ser. 

Los comentarios más dañinos son aquellos que sabes que no nacen de la lectura de tu obra, o que se escudan en esta para proyectar otro tipo de sentimientos tan antiguos como el propio ser humano. No siendo inmunes a estos, pues nadie está curado de la animadversión que puede generar en otro, sin razón aparente, son los que menos tiempo me consumen.

¿Y si no fuera poeta?
No habría pasado nada. Lo soy por necesidad, costumbre y disfrute. Pero tanto yo como mi creación son prescindibles para la literatura y para el mundo. Ninguno somos absolutamente necesarios.

¿Dejaría entonces de escribir por algún motivo?

Supongo que, como a todos, esa pregunta nos atemoriza cada vez que pasan los meses y no llenamos ni un folio con algo nuestro. Me resulta difícil que haya algo que me pueda hacer decidir dejar de escribir. Me es bastante necesario. Vivo de la poesía, aunque subsista de otra profesión.

Por lo que podemos ver no lo ha hecho. Diez años publicando con un total de ocho títulos, además de colaboraciones e inclusiones en antologías ¿Qué balance hace?

No me puedo quejar, no sería justo. Tengo amigos en esto que les ha costado mucho publicar o meterse en el pequeño mundo que cada uno tiene en la poesía. Yo en cambio he tenido suerte. He publicado con distintos sellos editoriales, libros mejores o peores, con mayor o menor aceptación, con excelente acogida o nula respuesta. Pero no he parado hasta ahora, y parece que no lo haré en los próximos años. Soy un hombre con suerte y agradecido, todo esto no sería posible sin generosos editores, que los hay aunque parezca mentira, y buenos camaradas del arte con los que es un gusto trabajar, compartir un vino, charla, reflexión y lectura. 

Publica en noviembre "Somos Materia Desechable" repitiendo con Ediciones Vitruvio ¿Que nos puede contar de este poemario?

Es un lujo poder contar con un editor como Pablo Méndez (Ediciones Vitruvio), de los que todavía publican lo que les gusta leer, y creen en lo que hacen, cuidando a sus autores. 

Es un poemario que duele. Nace de noches en el escritorio frente a un espejo puesto en un pequeño atril. Visceral, carnal e hiriente. Es una reflexión, una meditación, o unas ascuas lanzadas a los ojos. Es por supuesto un poemario de "yo" (ríe). Pero no sólo es el cuestionamiento propio, o las preguntas asumidas sin respuestas, es además una necesaria crítica a una sociedad que ha pasado de consumir cosas, a consumir personas. Las relaciones han pasado ser sentimentales, a consumistas. El amor, la amistad, parecen ser un self-service con fecha de caducidad temprana. Pasamos pronto del aprecio al desprecio, del amor al desamor, del deseo al deshecho, sin a pensar estar nunca en el equilibrio.

Huele a jazz, a humo de shisha, a hiel y a asfalto, le escuché decir no hace mucho a un poeta que había leído el poemario...

Sí, tiene que ver mucho con mi forma de escribir. Suelo hacerlo a oscuras, con música de jazz de fondo y con una shisha. Efectivamente a hiel y a asfalto porque no evito, sino que disfruto, del paisaje natural de la urbe que nos condena y nos enriquece a los poetas que la vivimos o sobrevivimos, a nuestra manera. A hiel porque, sin duda, algunos poemas tienen la acidez necesaria de las verdades sin medida.

¿Y después de "Somos Materia Desechable"?
Continuamos con el proyecto de "Una Isla Imposible" (Anroart Ediciones) para el que esperamos tener nuevos espacios donde realizar la exposición y presentar el poemario. Además con la misma editorial saldrá "En nuestras ruinas; instantes de Lisboa y Oporto" en el mes de abril de 2012, en edición bilingüe (Español y Portugués) que presentaremos también en algunas ciudades Lusas en esa primavera.
Y seguir escribiendo... que no es poco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario